La música de Egozcue es de raíz argentina e intensamente emotiva, concebida como una música de cámara, con un fuerte y fluido desarrollo rítmico. Tanto su formación clásica como la influencia del jazz y las músicas contemporáneas se combinan para dejar paso a la pasión y la fuerza expresiva de una música auténtica, verdadera, arrebatadora... logrando ser el autor de un género de música propio, único en todo el mundo que le ha consolidado como un reputado compositor e intérprete.
La contrastada calidad de Thomas Potirón al violín junto con la danza flamenca de Cristina de Vega aportan la consistencia rítmica y solidez armónica necesarias para que nada quede sin decir.