Esta versión-simulacro de Rey Lear aspira a ser una puerta abierta para pensar cómo nos relacionamos con nuestros padres, los biológicos, pero también los metafóricos, incluido el mismo William Shakespeare. Es una autoficción a partir de un clásico o un clásico autoficcionado, y ojalá ninguna de las dos cosas.
Un espacio de encuentro con toda una generación de actores y
hombres para reflexionar sobre la paternidad, el amor y el perdón, en un ejercicio teatral tan valiente como lúdico.
El gran experimento teatral de Andrea Jiménez (Premio Ojo Crítico de Teatro 2019) que aprovecha para elevar una reflexión escénica potentísima sobre EL PERDÓN. La profesión y la crítica se han rendido ante este gran montaje.