Esta historia habla sobre los desafíos del arte, la libertad individual y el choque entre las expectativas sociales y la autorrealización.
Camino a la Meca se inspira en una mujer real, Helen Martins, que se rebeló contra todos los estamentos de su época. Un ser que persigue el deseo, la luz de la inspiración que no corresponde a ninguna edad ni a ninguna generación. Alguien que prefiere las preguntas a las certezas, que valora su libertad y su autonomía enfrentando a su tiempo y al mundo que la rodea.
Una mujer que creó un jardín extraordinario lleno de escultura y objetos de vidrio, que es conocido como "El camino a La Meca". Aunque nunca viajó a La Meca, su obra reflejaba su anhelo espiritual y su búsqueda de significado, simbolizada por la idea del "camino" hacia un lugar sagrado.
Una profunda reflexión sobre el aislamiento, la lucha interna y el conflicto entre conformarse con las expectativas de la sociedad o seguir los propios sueños y deseos.